Este reportaje fue realizado en los apiarios de Armero Guayabal, exactamente en la vereda Méndez y en el apiario de Maní, en el departamento de Casanare. Dos lugares con una biodiversidad increíble en fauna y flora, gracias al maravilloso mundo de las abejas.
Una historia que nace con la intención de sensibilizar a las personas para conservar y respetar los hábitats donde vive esta especie, considerado el insecto más importante del planeta por su relación con los seres vivos.
Pero también, un homenaje a los apicultores de este incesante oficio, que brindan bienestar, salud y vida desde hace miles de años.
Como los sumerios, una de las civilizaciones más antiguas de la historia de la humanidad, aproximadamente del año 4mil antes de Cristo, quienes ya tenían conocimiento de estos insectos y su poderoso líquido, el cual usaban para medicina, ritos fúnebres y ofrendas para los dioses.
Un gran legado que entendí cuando llegué al primer apiario, después de haber atravesado camino adentro la fantasmagórica zona de Armero, hacia la biodiversa vereda Méndez, en un punto en el norte de Tolima.
Era la primera vez que le tomaría fotografías a estos insectos, de cuya polinización depende el 70 por ciento de los cultivos del mundo.
Es decir que, en alguna medida, la supervivencia de la humanidad depende de la presencia de abejas para la producción de frutos y semillas. De lo contrario, todo serían cultivos básicos como arroz, maíz, trigo y frijol.
De repente, estando entre un traje de seguridad con una sensación térmica de 44 grados, más de 50 panales y miles de abejas, me sentí como si estuviera mar adentro y nadie pudiera ayudarme. De remate, mi mente pensando en la muerte, porque ocho días antes vi en televisión que habían fallecido varias personas por la picadura de ellas.
Y aunque tenía el traje, comencé a obturar desde lejos, mirando a través de una ranura que me permitía ver lo suficiente para repetir una y otra vez las fotografías que se convirtieron en una lección de técnica que nunca olvidaré.
Mucho más para mi modelo, Carlos Muñoz, quien, sin protección, pero con vasta experiencia, se arriesgaba a colocar la abeja reina sobre su cuerpo, para que cientos de ellas la siguieran y se posarán sobre su cara y sus manos, y que yo pudiera tener la toma perfecta.
Algo cotidiano para él, pues las abejas son una fuente de ingresos para miles de familias, quienes han encontrado en este peligroso oficio una manera de subsistir.
Según La Federación Colombiana de Apicultores y Criadores de Abejas, durante el 2022 la producción de miel rompió un récord histórico, al llegar casi a las 7.000 toneladas de oro líquido. Sumado a un aumento del 8 por ciento en la instalación de apiarios en el país.
Estando entre los departamentos que más producen miel en Colombia: Antioquia, Sucre, Meta, Huila, Córdoba y Bolívar.
Mientras que la producción de polen, un negocio dominado por China y en Europa por España, está principalmente en los departamentos de Boyacá, Norte de Santander, Cundinamarca, Santander y Guaviare.